martes, 11 de noviembre de 2008

Santas confusiones entre inundaciones, represas e hidroeléctricas

Santas confusiones entre inundaciones, represas e hidroeléctricas

El artículo abajo mostrado, aparecido en La Prensa, de autoría del señór V. J. Fábrega nos muestra lo que es desinformar a las personas incautas por acción en sus palabras o por la omisión de información que manipulada en uno u otro sentido puede hacer ver verdades donde hay mentiras y mentiras donde hay verdades y aún peor, estar al margen de estos dos paradigmas y simplemente decir disparates, como calificamos el contenido del artículo de este señor.

Primero que los ríos no son salvajes si no han sido represados por el hombre, ni son domados si se les controla su flujo hidráulico. Estas palabras fuera de contexto sólo reflejan ignorancia y mercantilismo de los máximos valores de la naturaleza, como si el mundo y el universo existieran sólo para el hombre. Qué arrogancia bíblica! Nosotros sabemos que las aguas de los ríos al llegar al mar producen explosión de nuevas formas de vida de las cuales incluso dependen muchas industrias en el mundo, sin embargo este señor indica que las aguas de los ríos panameños se desperdician al llegar al mar! Qué barbaridad! Ya decía el gran Sócrates: “La ignorancia es el peor de los pecados”.

Segundo, que los ríos tampoco existen para ser encajonados, ni represados como razón de su existencia! La desgracia de los ríos ha sido que la especie humana no los ha respetado y los ha contaminado y le ha usurpado su bregar hacia el mar. Una verdadera civilización respetaría no sólo las corrientes de los ríos y mantendría la pureza de sus aguas, también respetaría sus riberas, su hermoso paisaje y las formas de vida que han evolucionado en sus aguas.

La tercera comparación y mensaje de cierre del artículo aludido, es simplemente abominable al decir que el agua de los ríos es nuestro petróleo. Nosotros quisiéramos ver qué formas de vida han evolucionado en una corriente de petróleo, y cuántos litro de petróleo requiere el cuerpo diariamente y en cuántos charcos de petróleo puro se baña en los candentes veranos de Panamá y cuánta vida adicional produciría un río salvaje de petróleo llegando al mar! Y si nos vamos al costo por unidad. El agua es decenas de veces más costosa que el petróleo y la regalamos para que estas empresas lucren con nuestro recursos hídricos y de paso destruyan los ecosistemas acuáticos y la vida de mucha gente humilde que no tiene forma de defenderse de estos nuevos depredadores ambientales.

Este autor tiene una confusión terrible entre inundaciones, contaminación, desvíos de aguas, represas e hidroeléctricas y nosotros como difusores de información nos sentimos culpables, ya que no hemos sido capaces de aclararle al público que el agua no es petróleo y que los ríos no son salvajes sin estructuras hidráulicas y que los proyectos generadores de energía hidráulica desde hace mucho tiempo son considerados terribles artefactos causantes de enormes daños ambientales y sociales y su uso debe ser la última opción, antes del uso de verdaderas energías renovables como son la energía solar, energía eólica, maremotriz, etc. La eficiencia energética debe ser la primera opción para que no exista la necesidad de construir at infinitum infraestructuras de generación eléctrica, que sea cual sea, siempre que sea necesaria, indica que la humanidad sigue rumbo a la extinción antes de la cuenta.

En este momento las hidroeléctricas y termoeléctricas que se construyen por aquí y acullá tienen en la mira el mercado spot y de contrato de Centroamérica y en ningún momento están pensados en función de desarrollo sostenible, ni disminución de costos al consumidor, sino en el lucro que produce la industria de la generación eléctrica hidráulica y térmica.

Santas confusiones! Hasta cuándo!

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ENERGÍA

Inundaciones, represas e hidroeléctricas

Víctor J. Fábrega V.
opinion@prensa.com

En los años siguientes a la inauguración del Canal de Panamá, el río Chagres tuvo muchas crecidas, entre ellas una que por tres días paralizó el tránsito marítimo y obligó a abrir las compuertas para desalojar el enorme caudal que amenazaba las obras de infraestructura del Canal. De inmediato se planificó y construyó la represa de Madden, creando el embalse de Alajuela con el objetivo de controlar las crecidas del Chagres.

Para aprovechar al máximo esa estructura se instalaron turbinas para generar electricidad económica, limpia y eterna. Ahora, unos 70 años después, esas mismas turbinas continúan funcionando.

Las represas sirven para controlar las inundaciones, porque el agua de los aguaceros torrenciales se acumula en el embalse y se descarga en días o semanas, en vez de en unas pocas horas o días.

Hoy, esa reserva de agua sirve, además, para mejorar el nivel del lago Gatún por razón del creciente tránsito marítimo, para abastecer el acueducto de la ciudad de Panamá y alrededores, para recreación y para pesca de peces para consumo propio y venta comercial, beneficiando sobre todo a los vecinos del área. ¡Se “domó” y se está aprovechando el Chagres!

Del total de agua que cae en la cuenca de un río, una parte se evapora, otra es absorbida por la vegetación y la tierra, y al resto le toma cierto tiempo correr y llegar al cauce del río. A medida que avanza la expansión de los asentamientos humanos, la deforestación y la pavimentación, la vegetación y el terreno absorben menos, y el resto del agua en mayor cantidad llega mucho más rápido al río, aumentando rápida y significativamente su caudal. Si el río es “salvaje”, con cauce tortuoso o lleno de basura, o estrecho, y no tiene la capacidad de desalojar rápidamente el agua, esta se desborda e inunda las áreas adyacentes afectando todo lo que encuentra a su paso.

En las áreas cercanas a la costa la situación empeora cuando las crecidas coinciden con mareas altas.

Las inundaciones que afectan al mundo entero son controlables, pero a medida que aumenta la población van a empeorar, a menos que se haga algo al respecto. Por esto, cada vez con mayor frecuencia escucharemos: “nunca antes el río había crecido tanto”. El mantenimiento de los cauces de los ríos y dependiendo de su localización, el dragado del cauce, la construcción de diques, pavimentación, etc., puede ser necesaria y costosa, pero mucho menos cuando tiene embalses que retarden la salida del agua.

En Panamá, casi todos nuestros ríos son “salvajes”, sus aguas corren directo al mar, siendo poco aprovechadas y creando frecuentes tragedias para muchos.

Tenemos un gran potencial para crear embalses y construir grandes hidroeléctricas y minihidroeléctricas, con o sin embalses. Estas y el medio ambiente se complementan. Sus operadores, con el respaldo de todas las instituciones del Gobierno, son los primeros en preservar las cuencas para proteger el medio ambiente que protege el recurso agua, y viceversa. Debemos desarrollar todo nuestro potencial hidroeléctrico lo antes posible, pues económica y ambientalmente son nuestra mejor opción a corto, mediano y largo plazo para generación de electricidad, control de inundaciones y preservación de las cuencas de los ríos; además de irrigación de nuestros campos agrícolas, consumo humano, pesca comercial y deportiva y recreación, entre otros muchos beneficios y pocos perjuicios. Los afectados por su construcción u operación deben ser compensados adecuadamente.

La energía hidroeléctrica puede complementarse con generadores movidos por el viento, paneles solares, geotérmicas y termoeléctricas movidas por combustibles fósiles; aunque creo que estas últimas, por el alto costo del petróleo y del carbón, además de su alta producción de gases contaminantes, sería preferible tenerlas subsidiadas como reserva. ¡El agua bien aprovechada es nuestro petróleo!

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